.Centro Asegurador presenta alegaciones ante Economía para evitar el expediente de disolución
Centro Asegurador presentó ayer alegaciones al expediente de disolución abierto por la Dirección General de Seguros, del Ministerio de Economía.
Mientras, la entidad está a la espera de que el juzgado de lo mercantil se pronuncie sobre la declaración de concurso voluntario –similar a la suspensión de pagos– solicitada por la compañía tras recibir un auto judicial que le exige el pago de una indemnización de 11 millones (ver EXPANSIÓN del pasado viernes día 25)
Las alegaciones presentadas puntualizan que la resolución de Seguros es posterior a la solicitud de suspensión de pagos.
Esta circunstancia, afirman, inhabilita la iniciativa de Seguros de disolución, ya que ambos procedimientos son incompatibles. Fuentes cercanas a la compañía reconocen, no obstante que, aunque la disolución no es posible hasta que no se cierre el concurso, sí se mantienen en vigor las medidas impuestas por Economía a Centro Asegurador como la prohibición de contratar pólizas o de vender cualquier bien de la entidad. También se mantienen en vigor los plazos del procedimiento y las medidas de control.
El expediente de Seguros y el concurso, afirman fuentes cercanas a la entidad, persiguen el mismo objetivo, que es defender los derechos de los asegurados ante situaciones de crisis transitoria en una empresa y son judicialmente incompatibles. La diferencia, apuntan, es que el concurso voluntario permite que la empresa siga viva y llegue a recuperarse, mientras que con la disolución no es posible esta salida, señalan.
Centro Asegurador recibió el pasado día 14 el auto judicial del Juzgado de lo Penal número 2 de Vilanova í La Geltrú de ejecución parcial de una sentencia dictada en septiembre de 2003 que fijó una indemnización de 11 millones por un siniestro ocurrido en 1997 por una póliza que cubría un capital máximo de 150.000 euros por siniestro.
El desembolso de la cantidad solicitada suponía un duro golpe a Centro Asegurador por lo que decidió presentar suspensión de pagos.
Seguros argumenta en su expediente que la compañía debía haber realizado una provisión para el pago de esta indemnización al recibir la sentencia en septiembre pasado, con lo que habría entrado en causa de disolución. Al darse esta circunstancia, la entidad hubiera tenido dos meses y diez días para tomar las medidas para sanearse o decidir su disolución. Las alegaciones de Centro Asegurador señalan que estos plazos debían comenzar a contabilizarse cuando la compañía recibió el auto y no en septiembre pasado, con lo que, según su criterio, la compañía aún está en el plazo para adoptar las medidas necesarias y no ha entrado en causa de disolución.
Centro Asegurador afirma que decidió no provisionar la indemnización, tras recibir asesoramiento de expertos independientes que consideran que la sentencia no es conforme a derecho. Estos expertos consideran que el fallo no es firme y será rechazado por tribunales superiores al que la dictó en septiembre.
Los argumentos de la compañía
La resolución de la Dirección General de Seguros es posterior a la solicitud de concurso voluntario o suspensión de pagos y por tanto la inhabilita, afirman fuentes cercanas a la entidad.
La compañía no está en causa de disolución, ya que los plazos que desembocan en esta situación aún no han terminado.
Centro no provisionó los 11 millones de la indemnización siguiendo el asesoramiento de expertos independientes que consideran que la sentencia no va a prosperar.
El Ibex 35 cierra sin movimientos
Un en el sistema de contratación provoca que el Ibex 35 inicie la sesión 35 minutos más tarde. El resto de las plazas europeas sufren una sesión bajista, ante la recogida de beneficios de los inversores.
El accidentado inicio de sesión que se vivió ayer en las bolsas españolas tuvo un efecto anestesiante sobre el Ibex 35. Como si la cosa no fuera con él, el índice español se movió durante toda la sesión en un estrecho rango comprendido entre los 9.570 y los 9.595 puntos, dando muestras de un aturdimiento similar al que pudieron sentir los inversores cuando vieron que el inicio de la jornada se demoró treinta y cinco minutos como consecuencia de los problemas técnicos que afectaron al Sistema de Interconexión Bursátil Español (SIBE), mecanismo a través de que se interconectan las órdenes de los miembros de las cuatro bolsas -Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia-.
Después de ese retraso, el Ibex 35 volvió a iniciar su actividad normal, con una tendencia levemente bajista, propia de un día de recogida de beneficios, después de que el viernes cerrase en máximos http://forum.bilingual.ru/index.php?action=profile;u=98755 de 2001, en los 9588,3 puntos. Al final cerró con un leve descenso del 0,03%, hasta los 9.585 puntos.
En los mercados europeos, donde la jornada transcurrió con normalidad desde el principio, los índices también reflejaronn descensos ante la fortaleza que han demostrado desde principios de año. El Cac 40 francés bajó un 0,12%, hasta los 4.012,11 puntos; el Dax Xetra alemán cedió un 0,03%, hasta los 4.386,40 puntos; y el Footsie 100 británico cayó un 0,05%, hasta los 5.041,80 puntos.
La bolsa española se movió al son de movimientos corporativos: se aprobó la opa de Retos Cartera sobre Recoletos, también se conoció que Telefónica ofrece 2 acciones propias por cada 9 de su filial Terra y además, la CNMV dio el visto bueno a la opa de Dufry Holding y Dufry Investment sobre el 100% del capital social de Aldeasa. En este sentido, Recoletos bajo ayer un 0,14%, hasta los 7,19
euros. Telefónica cerró sin movimiento, al mismo precio del viernes, en los 14,46 euros, mientras que Terra ganó un 3,45%. Al calor de la posibilidad de que Telefónica hiciese lo mismo con su filial Telefónica Móviles, esta empresa repuntó un 1,71%, hasta los 10,14 euros.
Otro de los factores que pesaron en contra del mercado fue los costes que podrá tener la aseguradora Mapfre por el incendio del edificio Windsor, en Madrid. La compañía bajó un 1,6%, el segundo peor valor del indicador.
Por resultados empresariales ayer presentó , que estuvieron en línea con las previsiones. Las acciones perdieron un 0,83%, hasta los 17,90 euros, después de que el viernes cerrasen en máximos desde 2001.
